Jorge Cadi
Biografía
La Habana, Cuba
1963
En las calles de La Habana, a Jorge Alberto Hernández Cadi sólo se le conoce como «El Buzo». Este artista cubano, al igual que su hermano, sufre esquizofrenia y es apodado el «buzo» porque busca constantemente material para sus obras entre los objetos abandonados de la ciudad.
Es en el exterior y en el interior de contenedores como maletas, cajas de latón o de madera donde Cadi pega fotografías en blanco y negro sobre las que utiliza un bolígrafo azul. Así, conmovedoras escenas familiares se
transforman en imágenes grotescas, incluso satánicas, donde los personajes son privados de sus rostros o caracterizados por rasgos diabólicos como orejas largas, cuernos o garras. Lejos de abordar el tema de la pérdida de identidad, los rostros desgarrados reaparecen de forma macabra en otras partes de la composición. Luego no sólo se pegan, sino que literalmente se cosen sobre el soporte.
Como él lo expresa, estas fotografías anónimas de otra época hablan de la emigración, las partidas, las despedidas, las separaciones que marcaron a su país. Lo mismo ocurre con esta predilección por las maletas. “Cuando cierras la maleta, reúnes a personas que nunca antes se habían visto. Van a volver a viajar… A veces en otra dimensión”. Se trata también de lo que se ha cosido y desacoplado, de lo que se va repitiendo. "Estamos un poco limitados por el tiempo", dice.
Aficionado a la gimnasia meditativa y a las artes marciales (Karate, Judo, Wing Tsun), Cadi practica, además del collage, el dibujo y la cerámica.
Junto a Misleidys Castillo Pedroso, Cadí es uno de los representantes más famosos del art brut cubano.
