Misleidys Castillo Pedroso
Biografía
La Habana, Cuba
1985
Misleidys Castillo Pedroso
Esta artista cubana no tiene otro medio de expresión que el de su creación. Las paredes de su casa, donde vive con su madre, están cubiertas de dibujos de culturistas, con cinta marrón esparcida a lo largo de los contornos. Misleidys, una verdadera comunidad de hombres, mujeres, hermafroditas y vida silvestre, ha construido su sociabilidad a través de su trabajo. Descubierta por la galería Christian Berts en 2014, ha aparecido en más de 10 exposiciones internacionales desde 2018, incluidas New Images of Man en Los Ángeles, Flying High en Viena e Independent en Nueva York. Aclamado por Matthew Higgs y Karen Wong (New Museum, Nueva York), el artista ha sido objeto de críticas recientes en el New York Times y Art in America.
Un número importante de sus obras fue donado a la colección del Centro Pompidou en 2021.
Misleidys nació en 1985, no lejos de La Habana, con una grave discapacidad auditiva. Su padre se fue de casa cuando ella aún era una niña muy pequeña. La niña mostraba signos de dificultades de desarrollo, por lo que su madre la internó en un centro especializado cuando tenía cinco años. Pero cuando los síntomas del autismo se hicieron más pronunciados, tuvo que marcharse y regresar a casa, donde vivía aislada a excepción del vínculo que mantenía con su madre y su hermano menor. Incluso a una edad temprana, Misleidys se sentía particularmente atraída por los crayones y las acuarelas que usaba para su propia diversión.
Un día, Misleidys empezó a pintar siluetas de culturistas con rasgos faciales marcados y músculos protuberantes. Con el tiempo, las figuras aumentaron de tamaño y finalmente llegaron a ser más grandes que la vida real. Después de pintar las figuras, las recortaba y las pegaba a las paredes de su dormitorio con trozos de cinta adhesiva marrón y, con el tiempo, a las demás habitaciones de la casa. Poco después, la joven también comenzó a pintar vida silvestre, demonios y animales, insistiendo a menudo en representar sus entrañas con secciones transversales pintadas de su anatomía. Su incapacidad para hablar o expresar sus ideas sobre el fondo de su obra hace que sus pinturas, que poseen una fuerte presencia visual, sigan siendo absolutamente enigmáticas.
Sus allegados afirman que Misleidys tiene una excepcional capacidad de clarividencia, heredada de su madre, y que no es raro sorprenderla “conversando” con sus obras mediante gestos con las manos, señal de que estas obras son portadoras de algún poder. lo que va más allá de la mera fascinación que ejercen sobre quien los contempla.
Karen Wong, subdirectora del New Museum (Nueva York), a propósito de las obras de Misleidys Castillo Pedroso, plantea la cuestión del género así como sus similitudes formales con las obras de Francisco Clemente. Pero en lugar de hablarnos de las verdaderas intenciones de Misleidys, este análisis plantea principalmente la cuestión de la recepción, central en la discusión sobre el art brut”.