Merxhellip y El Bosco
La necesidad de concretar y visualizar una imaginación desbordante, empuja a Fátima a iniciarse en el dibujo de manera autodidacta. Desde el 2002, la artista se centra en un solo proyecto basado en la creación de variaciones de un único personaje, mezcla de hombre y antílope. Esta figura, siempre masculina, estilizada, de color negro, con largos cuernos y nariz puntiaguda, se define a través de un amplio catálogo de variaciones. Aunque todos se llaman Marcos, con alguna diferenciación como Margko o Markôus, cada uno tiene apellidos distintos y una personalidad propia.
A través de estos personajes Fátima ha creado un mundo propio donde la figura humana no existe, pero sí su contexto. Las criaturas fantásticas que ella crea, negras, con un aire marino, con aletas, colas, cuernos… y con exóticos nombres, habitan un mundo paralelo al nuestro donde se cruzan lugares y acontecimientos sociales, políticos o religiosos del entorno real de la artista y el mundo imaginario que ella inventa.
En sus últimos trabajos Fátima ha profundizado en algunos de estos personajes, iniciando una labor de investigación, definiendo sus líneas evolutivas y lazos familiares, hasta detallar su genealogía. Desde 2018, Margko Phllowers Hernamz, alias Merxhellip, “Merx” para los amigos, de procedencia gallega y profesión marinero, se ha convertido en el centro de sus creaciones.
En 2019, su proyecto dio un importante giro: “Merx” dejó su profesión de marinero para dedicarse a la interpretación y protagonizar todo un desfile de escenas extraídas de El jardín de las delicias. Fátima realizó un boceto del tríptico de El Bosco, sometiendo al cuadro a una interpretación en la que todo queda condicionado por la morfología de sus personajes. Dividió el boceto en diferentes escenas y durante los últimos tres años Fátima ha ido dibujando estas escenas por separado con la intención de recomponer el cuadro digitalmente en un futuro, creando así su versión del tríptico de El jardín de las delicias.
En la presente exposición se reúnen 34 de estos dibujos divididos en dos series: El jardín y El infierno. La primera de las series se compone de imágenes felices que la artista describe así: los amigos de Merx, protagonista de la obra y Marx, su pareja, disfrutan de un día de campo. Montan sobre sus Mohurxhes, una especie de caballo marino, pero de procedencia portuguesa, y disfrutan compartiendo la comida: salchicha y hamburguesas gigantes, un Mayxhartt (una especie de pez espada), una enorme cola de Marktuna (otro tipo de pescado parecido al atún), un pimiento o un tomate gigante… Dos amigos de Merx disfrazados de barril dejan tan solo ver sus piernas y brazos, juegan a aparentar que tienen cuatro piernas y cuatro brazos. Otro grupo juega con otro animal gigante, con una gran cabeza. Uno tira de uno de sus tentáculos y otro se monta sobre su cabeza. Algunos montan en sus Mohurxhes en grupo y juegan. Uno de ellos monta boca abajo y un Malcon le lame la entrepierna. Habitan edificios con forma de barco, los enamorados se besan, todos se saludan y juegan entre los arbustos.
En la segunda serie, perteneciente al infierno, se ilustran los martirios a los que quedan sometidos los condenados: un grupo se esconde tras una tabla gigante para que los demonios no les hagan daño. Uno de ellos lleva un dado en la cabeza, atravesado por un arpón, simbolizando que el juego acaba de comenzar. Un demonio marino asesino gigante, llamado Marxhkuâlle, sentado en un retrete alto sin fondo, devora a sus víctimas para luego defecarlas dejándolas caer al vacío, a lo más profundo del abismo, donde acaban sumergidas en aguas fecales frías y repletas de criaturas marinas. Un grupo de los condenados se reúnen mientras uno de ellos sostiene una gran cruz simbolizando el martirio. Un Mairxkirt maldito ataca a un marinero mártir sobre un pie palmípedo gigante y amputado de Merxhellip. Un Mairxkirt maldito ataca a un marinero mártir, mientras los amigos se ríen del billete de Merxhellip grabado en su trasero. Un Morxhe disfrazo de monje le enseña al mártir la vida de dolor que le espera. Un demonio, con una mano amputada colgada en su espalda, estrangula a uno de los condenados. Otro, tumbado en el suelo es lamido por dos Morxhes, una especie de caballo marino, negro y con aletas. Otro de los Morxhes aparece sentado, disfrazado de monja y acompañado de un exorcista tratando de engañar a un demonio minimorxhe maldito para que no se coma a un condenado. Todos saben que si este demonio, que lleva un casco medieval y un pie amputado colgando de una de sus aletas, los descubre, devorará al condenado que intentan proteger.
23/01/2024 - 12/05/2024
Calle Sebastián Herrera 15, 28012
Sala Cambio de Sentido